Uno de los elementos que se usa para garantizar la seguridad en el entorno de una puerta automática son las fotocélulas. Se trata de un dispositivo electrónico que permite transformar la energía lumínica en energía eléctrica. Un sensor fotoeléctrico o infrarrojo que responde al cambio en la intensidad de la luz y que al ser interrumpido por una persona o vehículo manda una orden a la puerta de garaje.

Todas las fotocélulas son muy parecidas ya que siempre llevan alimentación y contacto. En cuanto a los tipos distinguimos entre:

– Fotocélulas de superficie autoalineables y sincronizadas. No necesitan centrarse y  son inmunes a los elementos externos como los rayos solares. Máxima robustez por su carcasa en policarbonato.

– Fotocélulas de superficie sincronizadas y orientables. Muy estrechas, orientables 30º en cualquier dirección y también muy resistentes.

– Fotocélula supervisada 15 m (incluido espejo).

Es importante que todo los cuadros tengan contactos de seguridad cerrados para que cuando haya un peligro se abran.

Cada puerta es distinta, por lo que debe estudiarse bien donde colocar las fotocélulas para cubrir los distintos puntos de riesgo.

 

Fuente: http://blog.joma-automatismos.es/como-poner-fotocelulas-a-tu-puerta-automatica/

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